Hace escasos días estuvimos hablando detenidamente sobre el algodón con sello BCI (Better Cotton Initiative) y de su relevancia. Hoy vamos a hablar de otro certificado no menos importante: el BSCI.
Las siglas de BSCI se corresponden con Business Social Compliance Initiative. Esta iniciativa está centrada en establecer un protocolo a nivel social para empresas de cualquier parte del mundo, que a través de auditorías, certifique el cumplimiento, entre otros, de las normas laborales establecidas por el OIT (la Organización Internacional del Trabajo, un organismo especializado formado por las Naciones Unidas y centrado en todo lo referente a los asuntos laborales), así como de la propia Carta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, teniendo en cuenta a la vez las regulaciones laborales específicas y propias de cada país.
La iniciativa Business Social Compliacen Initiative fue creada en el año 2003 por la Asociación de Comercio Exterior, enfocándose en aquellas empresas que ya por aquel entonces buscaban manifestar un compromiso más firme tanto en su entorno como entre sus propios trabajadores. En los últimos años, y más concretamente desde 2011 – 2013, la iniciativa ha ido creciendo y su adopción ha aumentado notablemente, y es que poco a poco se va creando conciencia entre el consumidor.
¿Qué se tiene en cuenta a la hora de certificar una empresa bajo el sello BSCI?
A grandes rasgos, y aunque en cierta medida puedan ser similares (e incluso complementarias), si el sello BCI está en parte más orientado al algodón y a la sostenibilidad, la iniciativa BSCI está más centrada en los derechos laborales de todos los trabajadores implicados. Es por ello que se tienen muy en cuenta cuestiones como puedan serlo el horario laboral, el salario, la seguridad o las condiciones que guarden relación con la salud en cada puesto de trabajo, la protección laboral (y más especialmente en el caso de los trabajadores más jóvenes que se incorporen a nuevos puestos), garantizar una conducta ética por parte de los empresarios, así como la libre asociación colectiva, y por supuesto erradicar a todos los niveles tanto el trabajo forzoso (encubierto o no) así como cualquier tipo de discriminación. Además, al igual que sucede con el sello BCI, también hace especial hincapié en la sostenibilidad medioambiental.
Sólo aquellas empresas que se comprometan firmemente a cumplir con estos requisitos mínimos (y evidentemente a permitir ser monitoreadas llevando a cabo las comprobaciones pertinentes para asegurar que esto se cumpla), integrando todos los códigos de conducta marcados por BSCI, pueden optar a dicho sello.
El enfoque de la responsabilidad es la base entre la propia iniciativa, entre sus socios y entre las empresas que voluntariamente deciden participar.
Sello BSCI: Nuestro papel como consumidores
En última instancia, somos nosotros, como consumidores finales y a título individual, quiénes tenemos el papel protagonista a la hora de decidir adquirir productos que incluyan este sello. Somos nosotros quiénes decidimos si queremos marcar la diferencia.
Desde LlarTextil también apostamos por este sello, por lo que podrás encontrarlo en un amplio surtido de nuestros productos.
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