¿Alguna vez os habéis parado a pensar detenidamente sobre lo que representa realmente un edredón? Podríamos decir que es un producto cualquiera, pero en realidad un edredón puede representar muchas cosas importantes: la calidez de un hogar acogedor, el placer de un buen descanso, una tradición… Vamos a hablar de los edredones y de los motivos por los que siempre resultan una buena compra.
Y es que cuando pensamos en adquirir un nuevo edredón, tenemos que tener en cuenta que éste tiene en realidad dos funciones básicas y esenciales: por un lado abrigarnos del frío mientras que por otro decorar nuestro dormitorio.
El edredón es una de las piezas de ropa de cama más utilizadas. Es por ello que a la hora de escoger un edredón, es importante optar por un diseño que realmente nos guste, siempre teniendo en cuenta el calor que nos aportará. Podemos decir que en la actualidad tenemos multitud de diseños de edredones disponibles, por lo que siempre encontraremos los que mejor se adapten a nuestro dormitorio, aquel o aquellos que verdaderamente sintamos que nos encajan como anillo al dedo.
Y es que un edredón no deja de ser una pieza de tela acolchada, presentada en diferentes colores y diseños, pero siempre aislando más que una manta. Por ello nos ayuda a conservar y mantener la temperatura de nuestro cuerpo en las noches más frías.
Así pues, en base a su función y a sus características, podríamos decir que existen diferentes variedades de edredón: edredón de colcha, edredón ajustable, edredón confort, edredón nórdico…
Dependerá totalmente de nosotros y de nuestras necesidades el escoger el que consideremos más apropiado. Pero independientemente de ello, los edredones han sido diseñados y concebidos para ser utilizados junto a sábanas de cama. Esto supone una ventaja importante a la hora de tener que lavarlo, pues cambiando únicamente nuestro juego de sábanas no tendríamos la necesidad de lavar el edredón con tanta frecuencia.
Los edredones están hechos para durar
El hecho de no tener que lavarlo con demasiada frecuencia nos va a permitir mantenerlo cuidado y que nos dure por más años. Ahora bien, aunque no tengamos que lavarlo con tanta frecuencia, ello no implica que no convenga airearlo a diario a la hora de hacer la cama. Cama que, por otro lado, siempre será más sencilla y rápida de hacer con un edredón que con otras opciones (y si tenemos niños en casa y les estamos enseñando a hacer sus camas, será ideal aprovechar cuando estemos usando un edredón, porque así le resultará más fácil).
Un edredón de calidad es un edredón pensado para ser resistente, pensado para durar. Si lo cuidamos bien y, como comentábamos antes, al no tener que lavarlo con tanta frecuencia, podemos tenerlo y conservarlo en buenas condiciones prácticamente para toda la vida. Así que como comentábamos anteriormente, puesto que vamos a poder conservarlo por mucho tiempo, nos interesa escoger muy bien el diseño. En primer lugar, nos tiene que encantar, pero también nos conviene escoger opciones lo más atemporales posibles. Y desde luego, si podemos combinarlo para que vaya a juego con nuestros juegos de sábanas, con nuestros cojines, con nuestras cortinas o con nuestras fundas de sofá, ¡mejor que mejor!
¿Es mejor un edredón que una manta?
Para gustos los colores, pero es cierto que según el país en el que nos encontremos y la estación del año correspondiente, si escogemos el edredón apropiado podremos estar bien abrigados sin tener que depender de añadir mantas para no pasar frío. Además, como por su composición un edredón siempre resulta más ligero, muchas personas lo prefieren por su comodidad.
Y para vosotros, ¿qué representa un edredón?
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