Alfombrillas de baño, un elemento imprescindible que también nos puede dar mucho juego
El cuarto de baño de nuestro hogar debería ser nuestro espacio más privado e íntimo, por delante incluso de nuestro dormitorio. Un lugar en el que asearnos y relajarnos, sin mayores distracciones ni preocupaciones. Pero para conseguir este propósito, es fundamental que nos podamos sentir realmente a gusto en él, así como que éste cuente con todo lo necesario. Por eso hoy queremos hablaros las alfombrillas de baño, un elemento imprescindible.
Uno de los principales usos que le damos la mayoría de personas a las alfombras de baño es el de evitar dejar un charquito de agua en el suelo cada vez que salimos de tomar un baño o una ducha. Y es que debido a su composición, la mayoría de ellas son muy absorbentes y evitan que esto suceda. Pero más allá de evitar dejar agua en el suelo, las alfombras de baño también aportan una superficie antideslizante para evitar resbalarnos (y es que incluso a día de hoy, muchas baldosas resultan bastante resbaladizas cuando están húmedas o directamente mojadas).
En definitiva, una alfombra de baño nos va a permitir no salpicar el suelo ni ensuciar el cuarto de baño, evitando tener que limpiarlo o secarlo después de usarlo o dejando humedades de las que pueden acabar surgiendo bacterias o incluso moho.
No obstante, más allá de estas funciones que podemos considerar básicas, una alfombra de baño también puede ser perfectamente un elemento decorativo y diferenciador para nuestro cuarto de baño. Con unas medidas aproximadas de 40 x 60 cm. en su mayoría, y su formato generalmente rectangular, las alfombrillas encajan y resultan prácticas tanto para cuartos de baño muy espaciosos como para los que son más pequeños, ya sea a la hora de darles uso o en el momento de guardarlas.
Si bien es cierto que en la actualidad existe una enorme gama de alfombrillas de baño, confeccionadas de los materiales más diversos (las hay incluso hechas de bambú), si lo que buscamos es algo práctico y funciona, una excelente opción sería optar por una alfombrilla de baño de algodón. Gracias al algodón, cuentan con una capacidad excepcional de absorción de la humedad, pero además también son muy duraderas y agradables al contacto con nuestra piel.
Y si somos de aquellas personas que le damos especial importancia a éste último punto y a la suavidad en general, tampoco deberíamos dejar de tener en cuenta las alfombrillas de baño de microfibra. Tienen un toque muy cálido y se secan realmente rápido.
A la hora de secarlas, también tenemos la opción de secarlas con la secadora, algo especialmente recomendable cuando las lavamos (eso sí, siempre a baja temperatura). En el caso de que las utilicemos a diario, algo frecuente, convendría que las lavásemos una vez por semana para mantener una buena higiene.
Como indicábamos, las alfombras de baño no sólo resultan imprescindibles, sino que también son una estupenda manera de darle un toque personal, diferenciador y decorativo a nuestro cuarto de baño.
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