A veces adquirir ropa de cama puede resultar algo un poco complicado, y no precisamente por la disponibilidad, sino más bien todo lo contrario: por la variedad. Y es que hoy en día existe un enorme surtido a nuestra disposición, con diferencias notables respecto a los tejidos y a la cantidad de hilos de los mismos.
Pero, ¿qué supone realmente la cantidad de hilos que componen una prenda de textil hogar?
Hoy vamos a comentarlo de manera sencilla. Dependiendo del cruzado de hilos obtendremos diferentes calidades y características. Dichos hilos pueden ser transversales (a lo que conocemos como “trama”) y longitudinales (a los que llamamos “urdimbre”). Ambos hilos, trama (hilos horizontales) y urdimbre (hilos verticales), van entrelazándose entre sí cuando se tejen en los telares. La manera en la que estos hilos se entrecruzan recibe el nombre de ligamento, y el proceso por el que cada vez que los hilos de trama pasan entre los hilos de urdimbre, recibe el nombre de pasada.
La cantidad de hilos de una prenda hace referencia concretamente al número de hilos por cada pulgada cuadrada (2,54 centímetros). Por poner un ejemplo, en el caso de unas sábanas, cuantos más hilos compongan el tejido, más suaves, consistentes y resistentes serán.
Pero es importante aclarar que la cantidad de hilos en una prenda, respetando siempre unos valores mínimos, no implica necesariamente que ésta sea de mayor calidad.
La verdad sobre los hilos
Es común utilizar la cantidad de hilos a modo de referencia a la hora de medir la calidad, pero esto debería hacerse siempre y cuando el resto de detalles y factores del producto sean iguales.
Y es que desde hace algunos años, parece que comenzó lo que se podría denominar como una carrera obsesiva por la cantidad de hilos, buscando siempre el máximo número posible. En muchas ocasiones, es común que se utilice como reclamo a la hora de vender una prenda de ropa de textil hogar una cantidad desorbitada de hilos (500 hilos, 1000 hilos, 1800 hilos… ¡2000 hilos!) en textiles que han sido elaborados con hilos débiles o de unas calidades sencillas o directamente mediocres. Es por ello que luego la gente no entiende que estas prendas les duren menos que tejidos de calidad de 180 hilos, y habitualmente consideran que no las habrán cuidado bien, asumiendo la responsabilidad.
El número de hilos nunca debe ser el único parámetro en el que basarse para garantizar que estamos adquiriendo un producto de calidad. A veces es común utilizar fibras más cortas y de peor calidad para lograr que ésta sea considerada de cuatro hilos. Esto sucede por ejemplo en tejidos de 150 hilos, que mediante este método cuestionable podrían pasar a ser considerado de 600 hilos, pero con una calidad notablemente inferior.
En Llar Textil mantenemos una filosofía clara en la que buscamos siempre un equilibrio entre calidad y precios honestos.
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