Todos nos aseamos a diario utilizando toallas. Sin embargo, con frecuencia podríamos estar cometiendo algunos errores importantes que afecten a nuestra higiene, y que, en consecuencia, podrían terminar afectando también directamente a nuestra salud. Al menos así lo aseguró el doctor Kerry Lebenger hace ya algún tiempo a Business Insider.
Leberger, doctor especializado en alergias e inmunología en Berkeley Heights, Nueva Jersey, cuenta con más de 25 años de experiencia a sus espaldas, y explicó una serie de errores que a menudo cometemos cuando hacemos uso de toallas de baño.
Errores que cometemos a la hora de lavar las toallas
No olvidemos que las toallas están concebidas precisamente para secarnos y para mantener la higiene, pero es cierto que si no tenemos cuidado y hacemos un buen uso de ellas, éstas pueden acabar acumulando suciedad, polvo, bacterias, pelos e incluso ácaros. Por eso es fundamental cuidarlas correctamente para evitar alergias, posibles irritaciones en nuestra piel u otros problemas más graves.
El doctor Kerry Lebenger comenzó haciendo referencia a los errores que solemos cometer precisamente al secarnos. Según sus investigaciones, lo correcto sería, después de una ducha o de un baño, secarnos siempre de arriba hacia abajo, empezando por la cabeza y terminando por los pies. Y es que según él, de esta manera evitaremos esparcir las propias bacterias de nuestro cuerpo, las cuales siempre abundan más en la zona inferior.
¿Cada cuánto tenemos que lavar las toallas?
Con respecto a las veces que utilizamos la misma toalla para secarnos, Leberger afirma que lo recomendable sería intentar evitar secarnos dos veces seguidas con una misma toalla. Lo ideal es disponer de al menos un par de ellas en el lavabo para así ir alternando de una a otra.
¿Y a la hora de colgar las toallas? Pues él considera que la mejor opción es utilizar una barra para colgarlas extendidas, en vez de un enganche. De esta manera se secarán mejor y más rápido, evitando el exceso de acumulación de humedad. Y siempre que sea posible, dejarlas secar al aire libre.
Y ahora viene un punto especialmente delicado que sabemos que muchas personas pasan por alto. Una vez les hayamos dado uso a las toallas y estén para lavar, nunca, nunca, debemos dejarlas húmedas junto al resto de la ropa sucia. Si hacemos esto, lo único que vamos a conseguir será contribuir a la aparición de bacterias y gérmenes que acabarán esparciéndose desde las toallas hacia el resto de las prendas. Es mejor dejarlas secar primero y luego meterlas al cesto de la ropa sucia.
¿Y si sólo hemos utilizado una única vez nuestras toallas pero notamos que se han quedado con olor a humedad? ¡Pues directas a la lavadora! Tal cual. En un caso u otro, lo ideal sería lavarlas cada dos o tres días para mantener una buena higiene. Y a la hora de lavarlas, otro error bastante extendido es el introducir detergente en exceso. Si estamos utilizando un buen detergente, con poca cantidad será no sólo será más que suficiente, sino que las toallas quedarán mejor que si nos excedemos. Y si queremos eliminar las bacterias de la manera más natural posible, no hay nada como añadir un poquito de vinagre cuando vayamos a lavarlas.
Según Lebenger también es recomendable lavar nuestras toallas con agua caliente, añadiendo algún desinfectante y luego secarlas con una máquina secadora. ¡Aunque nosotros siempre defendemos hacerlo al aire libre siempre que sea posible!
En resumen, si dejamos que nuestras toallas se acaben llenando de bacterias, lo que haremos es darle bastante trabajo extra a nuestro propio sistema inmune. ¡Y ya tiene bastante el pobre!
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