Hoy vamos a hablar sobre como combatir el jet lag. Y es que viajar suele ser genial. Pero cuando vamos a otro país lejano, solemos tener que enfrentarnos al cambio de hora, con el consecuente y frustrante jet lag. Todas las personas funcionamos con nuestro propio “reloj interno” o ritmo circadiano, nuestro propio sistema natural para regular los ciclos biológicos de nuestro cuerpo y los momentos en los que estamos habituados a comer, a dormir…
Y así es como nos regulamos durante el día y la noche. Por eso cuando sumamos o restamos horas al viajar, se produce el inevitable efecto jet lag. Inevitable porque todavía no se ha encontrado una fórmula concreta para no notar sus efectos. Por supuesto, no a todas las personas les afecta igual. Los efectos pueden ir desde dejarnos ligeramente desubicados durante los primeros días hasta provocarnos insomnio, fatiga y dolores de cabeza.
El caso es que ya sea que viajemos por vacaciones, por trabajo o por estudios, no es divertido permanecer unos días con la sensación de estar descolocados, puesto que afecta a nuestra capacidad de concentración.
Como decíamos, no hay un método para evitar los posibles efectos del jet lag, pero sí que podemos tener en cuenta algunas consideraciones.
Combatir el jet lag
Lo primero que podemos hacer a la hora de intentar evitar el jet lag es anticiparnos a él. Por lo general, la mayoría de viajes se hacen con cierta antelación, así que es importante intentar adaptarnos ligeramente a nuestro próximo horario. Durante los tres o cuatro días anteriores al viaje, tenemos que hacer todo lo posible por acostarnos cada día un poco antes (o un poco después, en función de nuestro destino y su diferencia horaria).
Es muy importante que durante el transcurso de nuestro viaje intentemos ajustarnos al horario de destino. La manera más sencilla de hacerlo, es intentar dormir todo lo posible durante el trayecto. Es una buena manera de “engañar” un poco a nuestro cuerpo.
Otro consejo que podemos daros y que a menudo no se suele tener tan en cuenta, es permanecer bien hidratados. La altitud y el propio viaje puede hacer que nuestro organismo requiera más líquidos.
Las luces también juegan un papel protagonista. Si tenemos propensión a sufrir jet lag y nos afecta, intentemos habituar un poco a nuestra mente con luces fuertes o evitando toda la luz posible, según la ocasión. Por ejemplo, si es de día y nuestro metabolismo cree que debería ser de noche, podemos descansar un poco con las ventajas bajadas y las luces apagadas, o al contrario. Jugar con estos detalles puede hacer que el proceso de adaptación sea más llevadero.
Antes de tu viaje y durante el mismo, los alimentos que elijas también pueden ayudarte.
Por ejemplo, los días anteriores asegúrate de alimentarte con bastantes frutas y verduras ricas en agua (melón, piña, sandía, pepino, uvas…) y en melatonina, como es el caso de las cerezas, fresas o plátano. El arroz, avena y otros frutos secos también son una buena fuente de melatonina natural que nos ayudará a conciliar con mayor facilidad el sueño.
Durante un viaje largo, es inevitable picar entre horas. Cuída este momento y no caigas en el consumo de cafeína, alcohol, grasas saturadas, bollería industrial, chucherías o cualquier otro ultraprocesado. Lo último que querrás es añadir molestias estomacales a tu jet lag. Los frutos secos, fruta fresca, zumos naturales o chips de verduras deshidratadas pueden ser una buena alternativa.
A estos consejoa básicos queremos añadir algo más desconocido pero altamente efectivo: El uso de aceites esenciales durante el viaje.
Hay una combinación muy efectiva que puedes mezclar en un bote de spray y aplicar en tus muñecas y sienes durante el viaje:
En 10 ml de una base de aceite vegetal (de almendras, por ejemplo) añade:
- 3 gotas de aceite esencial de canela
- 3 gotas de aceite esencial de limón
- 2 gotas de aceite esencial de mental
- 3 gotas de aceite esencial de lavanda
Los aceites esenciales te ayudarán a reducir el jet lag y a encontrarte mejor durante el trayecto.
No olvides llevar también una crema o aceite esencial para piernas cansadas. Una vez llegues a tu destino, aplica el producto que has elegido para reactivar la circulación en las piernas. Tras tantas horas sentados, procura mantenerlas en alto al menos unos minutos.
El jet lag o cualquier estrés físico debilita nuestras defensas, para que no te encuentres desprevenido puedes tomar unos días antes, durante y después de tu viaje Equinácea y vitamina C.
Las verduras de hoja verde, el jengibre y las setas también fomentarán que tu sistema inmune esté fortalecido.
Utiliza en el trayecto una ropa cómoda y que transpire correctamente, lleva contigo una pequeña manta, chal o pañuelo grande para cubrirte con el y no enfriarte si hay cambios de temperatura.
Con estos consejos, paciencia, un buen libro y una buena lista de reproducción de música, el viaje será mucho más llevadero.
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